Eliodoro
Aguilera, 110 años, pasaría inadvertido como nombre si no fuera por el
hecho de que es el dueño de una de las guitarras de Mangoré. La mamá de
Eliodoro le compró la guitarra a Mangoré. Pagó 800 pesos por el
instrumento (como dice Eliodoro, te podías comprar una vaca con ese
dinero) Se la compró a Barrios el día después de un recital que el
maestro dió en la catedral de Luque (Luque es una ciudad vecina de
Asunción). Aquí abajo está la foto que tomé de la guitarra Andres Marin
en el regazo de don Aguilera (Nov/25/2002)...
El Sr. Aguilera es un energético hombre de 110 años con una memoria de
hierro en un cuerpo ágil y una pasión por el fútbol. Su única
posesión material era esta joya. Cuando la trajo de su cuarto (la
guardaba en el ropero), sus ojos se comenzaron a llenar le lágrimas a
medida que su mente recorría hacia atrás en el tiempo de los
recuerdos. Se le han ofrecido diferentes sumas de dinero por el
instrumento pero como dijo el con suprema simpleza, "qué voy a hacer yo
con el dinero??" El trabajo artesanal que tiene encima la guitarra es
simplemente asombroso. Me transportó atrás en el tiempo con mi
imaginación y podía ver a Barrios tocando y componiendo con ella.
Era como una visión retrospectiva. Al mismo tiempo, el señor Aguilera me
contaba de las serenadas que solía llevarle a sus amores con la
"guitarra mágica"... toqué una sola nota con la Marín. No quería
afinarla ya que las cuerdas eran tan viejas y la guitarra necesitaba
algo de restauración.
El cuento es éste: Después del concierto de la catedral de Luque,
Mangoré, que tenía entonces 18 años, estaba parado justo afuera de la
iglesia, mirando pasar la gente. Luego de una breve introducción,
Eliodoro le dijo que quería aprender a tocar la guitarra y que estaba
buscando un buen instrumento con desesperación. Barrios le dijo "Puedo
venderte una de mis guitarras, ya que me acabo de comprar una nueva en
España hace unas semanas*... Mañana te espero en esta dirección (era la
dirección de su hermano en el centro de Asunción)" . La mamá de Aguilera
se presentó puntualmente al encuentro, pagó al maestro, y el resto se
sabe.
Jorge, nieto de don Aguilera y uno de mis alumnos, me llevó a la casa de su abuelo (foto arriba) para ver la guitarra.
Unos días más tarde, Jorge me trajo la guitarra a casa diciendo que su
abuelo iba a descansar en paz sabiendo que su posesión material más
amada estaba en mis manos. Le prometí que restauraría la guitarra para
poder tocarla de nuevo, cosa que hice. La guitarra está expuesta
en mi estudio desde ayer, 3 de mayo de 2005.
*La citación no es literal, como tampoco lo es
necesariamente la secuencia de hechos. Puede que la guitarra nueva haya
sido comprada por Barrios en Sudamérica después de los hechos relatados.
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Para el aniversario de 10 años de mangore.com (2007), mis luthiers y
yo decidimos darle a esta belleza una restauración total. Después de dos
meses de trabajo, ella volvió a debutar hoy, 23 de junio de 2007.
La hicimos un instrumento de concierto tocable. Le rectificamos
el diapasón, le cambiamos los trastes y clavijas, la lijamos y la
cubrimos de laca aplicada a mano. Sobre sus cuerdas, toqué Una Limosna por el amor de Dios y confirmo: ha vuelto a la vida por otros 160 años!
GUITARRA DE BARRIOS COMPLETAMENTE RESTAURADA
Guitarra de concierto de Barrios Mangoré completamente restaurada
(Colección privada Bellucci)
Puedo apenas describir la mezcla de sentimientos y escalofríos que
me percorren cada vez que la toco. Con las notas de Una Limosna por el
amor de Dios se me empiezan a llenar los ojos de lágrimas.
Algunos meses atrás (febrero 2008) esta belleza posó para el nuevo
billete de 50.000 guaraníes (la moneda del Paraguay). Ella está de
un lado y el maestro paraguayo del otro. Es parte de la historia
mundial y paraguaya! La generosidad de Eliodoro quedará en la historia
con su amada guitarra.
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Mi última colaboración a esta historia es el video que acabo
de grabar (12 de abril, 2010) con la legendaria guitarra. Por
supuesto, elegí tocar la última composición de Agustín Barrios, "Una
Limosna por el amor de Dios". Toco con esta guitarra solo en
recitales exclusivos. Agrega una atmosfera mágica por ser el instrumento
que es. Tocarla, repito, me llena el alma una emoción
indescribible. Esta guitarra ahora es parte de mi vida artística, que
considero bendecida. Su sonido es rico, maduro y de una dulzura
inefable. 
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